En el 2013 Dios tocó nuevamente a mi puerta, al abrirle, me abrazó con tanto amor que pude dejarme llevar en sus brazos hacia un lugar que tenía reservado para mí…. Un camino de profunda vida espiritual en la vida contemplativa.
Con las enseñanzas dentro de la comunidad he aprendido que centrar la vida en el silencio te llena de alegría y amor, me ha ayudado a identificar los juicios y de esa manera cambiar mi pensamiento y mis acciones, me han enseñado que se pude vivir sin ansiedad y que los miedos se van poco a poco de tu vida, además día a día voy practicando a amar como EL nos ama.
Lo más maravilloso es sentir el amor y la voluntad de continuar por este camino, un camino espiritual, un camino de oración contemplativa… Para toda mi vida.