Mi nombre es María José Tercero, en febrero del 2019 regresé al grupo Contemplativo después de haberme ausentado casi dos años, aunque hacía siempre silencio era de forma irregular y sin constancia, había pensado que eso no era para mí y que estaba destinado para otras personas. Un día de la nada sentí con una fuerza que debía regresar y así fue, al poco tiempo fui a un retiro de profundización, y aunque todavía sentía que no estaba segura si iba a poder, el llamado estaba, lo sentía y no me podía resistir. Fue en mi segundo retiro de profundización que en un abrazo de Doña Aida María y con unas palabras de ella, me vino la luz de que este era el camino, que debía seguir y permanecer.
Así comenzó todo, con un Sí Quiero. Como todo en este mundo requirió de mucha disciplina y constancia, sabía que los frutos iban a venir, no sabía cuándo, pero sé que iban a venir, y ahí estaba yo pidiéndole al Espíritu Santo me regalara el Don.
El Silencio ha cambiado mi forma de ver la VIDA radicalmente, y a la vida me refiero a las personas, situaciones, emociones, etc. he aprendido a que todo fluye y que nada ni nadie está en contra mío, que todo viene a mí por un motivo y lo acepto con amor, alegría y acción de gracias, que no tengo que cambiar nada ni a nadie si tan sólo cambio yo. Obviamente esto no ha sido de la noche a la mañana, me tomó mi tiempo, todavía caigo, pero ya sé cómo levantarme, tengo herramientas, un grupo que ha sido un pilar fundamental en mi crecimiento, cada testimonio y compartir me da esperanza y me siento apoyada, cada una ha sido y es una escuela para mí y aquí les digo a todos Gracias por su Amor.
María José Tercero