No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo. Victor Hugo
Ha llegado el tiempo de despertar a la consciencia de la UNION DIVINA y con ello a la sanidad y a la curación del mundo.
Lo que estamos viviendo a nivel global requiere de un salto de consciencia de tal magnitud que su expresión sea “El cielo nuevo y la nueva Tierra”… la consciencia del SER UNO, de nuestra unidad plena y total con Dios, con todo y con todos, es la respuesta al ahora… un tiempo nuevo, una nueva era, en la que el hombre vive desde su ser, desde su esencia de AMOR y VIDA, desde la consciencia que sana y restaura todas las cosas a la VERDAD.
El ser uno con Dios Creador, es la consciencia despierta en la Verdad, en el Amor, en la Vida, en la perfección, en la grandeza, en la totalidad, en la compleción, sanando así, de la desarmonía producto de la inconsciencia e incoherencia de experimentarnos separados, frágiles, débiles, impotentes.
San Juan de la Cruz extraordinario profeta y doctor de la Iglesia, con perfección inusitada nos conduce a la plenitud del despertar en la Unión divina, dice acerca de la unión:
Y se hace tal unión cuando Dios hace al alma esta tan sobrenatural merced que todas las cosas de Dios y del alma son una en transformación participante. Y el alma más parece Dios que alma, e incluso es Dios por participación.
Cita de San Juan de la Cruz que trae a la mente la 2da. carta de Pedro: «Este con su propia grandeza y poder nos entregó las promesas mas extraordinarias y preciosas para que por ellas lleguen ustedes a participar de la naturaleza divina…»
La consciencia (o inconsciencia) de la separación ha sido la causa del sufrimiento y la enfermedad en el mundo.
Al respecto dice el Padre Thomas Keating:
Nuestra patología es muy sencilla: arribamos a la consciencia plenamente auto-reflexiva sin el regocijo de la unión divina, y lo que es peor, sin darnos cuenta de esta falta. Como está ausente esa convicción profunda que nace solo de experiencia, nuestro pobre y frágil ego busca a toda costa la manera de contrarrestar la sensación dolorosa y a veces agónica de encontrarse alejado de Dios y de los demás seres.
El Padre Keating nos muestra el carácter conmovedor de esta sensación de estar separado de Dios.
Los 40 días a los que les invito se basan en La Palabra de Juan 17, 21-23 a la que se le llama el Testamento de Jesus, la Oración sacerdotal:
Que todos sean UNO; como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti. Sean también ellos UNO en nosotros; así el mundo creerá que Tú me has enviado.
Esa gloria que me diste, se las he dado a ellos, para que sean UNO, como Tú y Yo somos UNO.
Así seré Yo en ellos y Tú en Mí, y alcanzarán la UNION PERFECTA. Entonces el mundo reconocerá que Tú me has enviado y que a ellos les has dado el mismo amor que a mí me diste.
Vivir en esta consciencia de Unión, exige un silencio que pueble la vida de Luz y de Paz. Mientras más intimo, progresivo y contemplativo es el silencio, más experimentarás la fuerza y la gracia del Espíritu despertando al alma a la Verdad Total…
Entrar al silencio cuando el día amanece, cuando todo está quieto, silencioso, pacífico, amoroso es signo del anhelo ferviente del alma por experimentar la Unidad
En cada amanecer son colmados todos los anhelos, el alma quieta, muda, embriagada, envuelta y compenetrada por la Presencia, sin poder salir, ni querer salir de ese espacioso lugar de Luz…«me llevó a una bodega de vino y me puso su insignia que es el Amor..» Cantar de los Cantares
La misma liturgia nos sugiere esta bella asociación con el amanecer en algunos himnos de los Laudes: “En la primera claridad del día, vestidas de luz y silencio, las cosas emergen de la oscuridad como al principio del tiempo”
No son necesarias las palabras, en el silencio la comunicación se efectúa de Ser a ser, de dentro a dentro, el alma sabe con certeza que hay algo más, algo tan grandioso que: “El ojo no vio, el oido no escucho jamás…”
Los animo con todo el corazón, a realizar este itinerario de 40 días con gozo, fe expectante y amor… el bien no solo es para ti, es para el mundo…
Para realizar esta práctica de 40 días se requiere de:
Fe fuerte, madura, Fe pura
Oración incesante (Union divina)
Gratitud del corazón
Los 40 días que hoy iniciamos, están consagrados a colaborar en la vida activa con la acción del Espíritu en nosotros.
Cuatro (4) prácticas cortas que se realizan a lo largo del día todas las veces que puedas… no tienes que dejar de hacer las cosas del día, igual es si la haces mientras estás ocupada o deteniéndote y silenciando tu ser.
Memorizar las frases, que te indico a continuación es la mejor vía (es verdadera oración), decir una o dos en distintos momentos del día y de la noche cuando no puedas conciliar el sueño, lo importante es que al final del día las hayas repetido todas varias veces:
Soy un solo ser; unido a Ti, como Tú, Padre, estás en Mí, y yo en Ti. Soy UNO con todo y con todos.
Me sumerjo en la consciencia de la perfecta Unidad, del Todo, de la plenitud.
Mi ser de AMOR es perfecta UNIDAD … irradio, ilumino y resplandezco en el Amor que soy.
Gracias, gracias, gracias por la consciencia de la perfecta Unidad en la que sano y conmigo Nicaragua y el mundo.
La vocación suprema del hombre es la Unión Divina, solo en ella alcanza el desarrollo de su máximo potencial y del destino de gloria para el que fue creado.