El Silencio ha llenado mi vida de una profunda Paz Interior que me garantiza la presencia de Dios en todas las circunstancias que me ha tocado vivir y una aceptación plena de sus designios.
Te hace más tolerante y te libra de los juicios arbitrarios que uno venía desarrollando de un pasado confuso y muchas veces alienante. Te transforma en una persona nueva capaz de ver el futuro siempre con claridad y ¡esperanza!