En mis 9 años de estar en el grupo Contemplativo mi vida ha dado un cambio total.
A través de mi silencio y dejándome fluir en la presencia de Dios, él ha ido haciendo en mí, su obra, y yo he conocido lo que en verdad soy… que es AMOR. En ese mismo AMOR he llegado a conocer en verdad la misericordia, la bondad. Dios es todo en mi vida él me ha llevado a lo más profundo de mi ser con su presencia para enseñarme que la única riqueza qué hay en mí, es él que vive en mí. Tengo un crecimiento espiritual gracias al despertar en él, con mi silencio… él es todo en mi vida.
Me siento una hija de Dios llena en su fe y esto me ha llevado a vivir con más sencillez, no estoy atada a nada material ni emocional, lo abrazo y lo suelto. He dejado fluir su presencia en mí, y así él hace su gran obra en mí cada ves que entro en mi silencio. Vivo feliz confiando en él para todo en mi vida diaria. Sé que no estoy sola, siempre estoy con él.
Vivo en su presencia que es el amor, descanso en él, es la luz de mi vida.
En conclusión, no son los 9 años el que ha hecho maravillas en mi vida. Si no, la perseverancia y la importancia que es para mí cada una de mis hermanas del grupo. Una preciosa comunidad que estamos para cada una cuando nos necesitamos. Y estamos unidas en el AMOR DEL PADRE la presencia de él en el SILENCIO.