El silencio me ha enseñado a disfrutar de la presencia del Dios escondido, llenándome de confianza en sus designios de amor en el momento presente.
Reunirnos en grupo semanalmente y compartir experiencias ha sido esencial para nuestro crecimiento uniéndonos y fortaleciéndonos en este camino espiritual.
Las enseñanzas que recibimos en las reuniones de grupo son fuente de luz y fuerza para nuestra vida.
Leonie Saravia