… hace ocho años empecé a VIVIR. (Reyna Flores)

Hace 8 años estoy en este hermoso caminar, siempre lo digo, hace 8 años empecé a VIVIR; al conocer el Silencio cambio todo porque yo cambié, el silencio me hace AMAR, entender que no debo perdonar nada, que todo es perfecto, que nunca estoy sola, que soy plena, feliz, completa… que Dios, yo y todos somos UNO.

Esas verdades nos la revela el Padre en cada encuentro porque es solo en el Silencio donde sucede la magia, lo inexplicable, es penetrando en esa luz inaccesible siendo activo-descansando en Él donde se alcanza lo inalcanzable… esa paz que sobrepasa todo entendimiento no importando del huracán que vengas, basta sentarte y pedirle la gracia y Él como ese Padre amorosísimo que es… no te hace esperar nada, te carga dulcemente y te va conduciendo por senderos seguros, cegando toda inquietud, tirando todo argumento, no hay peros si te dejas guiar, nada absolutamente nada sale mal… todo es totalmente perfecto.

Cada lunes en el grupo, Dios a través de Aida María, me susurra Vida… Paz… certeza de su Amor y su espera, cada testimonio de mis hermanas me cala en el corazón porque todas estamos unidas y nos identificamos, nos vemos reflejadas los unos en los otros, es llegar caída y salir cargada de ese Amor en acción que es la certeza absoluta, que la medicina divina es el Silencio… ese que cada madrugada espera por mí para sanarme, para reiniciarme, darme soplo de vida, aliento, energía, fortaleza, paz, felicidad, respuestas aún sin traerlas a mi mente en el Silencio se resuelve todo, el grupo es la magia del silencio llevándonos a niveles profundos donde cada fruto de mis hermanos es mío también, todo mi ser espera con anhelo, alegría, entusiasmo y ansias cada lunes para vivir ese encuentro divino.

Ahora, con la página web y tener en Facebook «Silencio y Plenitud “, es la repuesta que le pedía a Jesús…  ¿Cómo puedo crecer?, quiero más. Y zaz, la noticia maravillosa que tenemos tantísimo que leer, meditar, realizar en nuestra vida, cada palabra es una lectio divina en mi ser… es sentir que Él quiere que vaya a ese encuentro dándomelo todo tan accesible, alcanzable, suave, delicado, al mismo tiempo tan inmenso e intenso, me pasa que no avanzo porque paso horas con una oración, frase, inclusive una palabra me transporta a una quietud, donde puedo ver en cámara lenta las enseñanzas de cada encuentro de los lunes, no juzgo lo que vivo lo disfruto y agradezco inmensamente… mi mayor y único deseo es compartir este despertar, es que todos podamos unirnos en el idioma del Amor el único que vale la pena hablar » El Silencio».

Mateo 6:6    «Más tú, cuándo ores, entra en tu habitación y cierra la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve lo secreto te recompensará»

¡Hagan la prueba y verán que bueno es el Señor! Gracias Señor por el inmenso regalo del Silencio. En mi vida no es parte de mi vida, es mi VIDA misma.

Reyna Flores

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